El estudio se realizó en Jamaica, Kingston, con niños que tenían algún retraso de crecimiento con edades comprendidas entre los 9 y 24 meses ellos fueron suplementados nutricionalmente y algunos de ellos también recibieron estimulación psicosocial semanalmente donde instruían a la madre a mejorar la interacción entre ella y el niño. A todos ellos se les evaluó el nivel de Coeficiente Intelectual, nivel de instrucción y el comportamiento posteriormente cuando tenían ya 22 años de edad
Los resultados mostraron que la suplementación nutricional, no tenía beneficios significativos, sin embargo aquellos quienes recibieron estimulación temprana tuvieron menos participación en comportamiento violento grave y peleas o luchas, contra aquellos participantes que no recibieron estimulación.
Del mismo modo, presentaron un índice de coeficiente intelectual mayor y mejoraron su nivel educativo respecto a logro, grado alcanzado y calificaciones obtenidas, tenían un mejor conocimiento general, menores síntomas depresivos y de inhibición social.
Por lo cual, una vez más queda claro que la estimulación temprana, alcanza grandes beneficios no solo en la infancia, sino hasta la vida adulta facilitando el funcionamiento cotidiano de la vida. Fuente: Revista Pediatrics. Instituciones participantes:
Original de: Verónica Araujo L.
Traducción y resumen.
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