domingo, 6 de febrero de 2011

¡Lo abrazo, lo estimulo y lo llevo conmigo a la vez!

Ejemplo de
un "rebozo"


El siguiente aunque obviamente es un relato a favor de cierta marca de transportadores para bebé, la he decidido incluir en el blog, porque en efecto, las vivencias que reporta el testimonio, son muy similares a los beneficios que obtuvimos con Daniel, al cargarlo sus primeros meses de vida en un artefacto similar que aquí en México denominamos "rebozo"

Independientemente de la marca que se elija (aquí no se recibe pago por ninguna publicidad), es una buena opción considerar tener uno en casa cuando se tiene un bebé en crianza, son super útiles, le dan a la mamá libertad de movimiento de cuerpo y brazos, al mismo tiempo que afianzan la relación amorosa con el bebé. En el caso particular de Daniel, el estar dentro del rebozo, lo contenía y le ayudaba a disminuir el dolor que le ocasionaban sus hernias (en cada ingle y en el ombligo). Se sentía protegido y amado, podía percibir el latir del corazón de su abuela o mio y mantener contacto piel a piel, tan necesario para él. Y al igual que en el testimonio, la abuela se ganó el apodo entre los vecinos de "abuela koala" porque le encantaba traerlo a cuestas, en todo momento.

Un modelo
de Ergobaby.
El fortalecer los lazos de afecto con nuestros hijos, les proporciona seguridad, y confianza en si mismos, les permite tener un mejor y más sano desarrollo mental y físico, y los niños con Síndrome de Williams, son muy amorosos, demandan mucho cariño y así mismo entregan su corazón a los demás.

Simplemente como dato para considerar, como una opción más para facilitarnos la vida y reforzar el cariño con nuestro hijo. 

A continuación el testimonio:

La historia de amor de Belinda con ERGObaby

Mi historia de amor ERGObaby tuvo un comienzo lento. Mi obsesión por la crianza en brazos comenzó en el instante en que nació mi primer chico.
El parto fue un tanto traumático, (para ambos) así que no pude ver a mi hijo por un tiempo después del nacimiento y una vez juntos nadie nos pudo separar.

Primero compré un cabestrillo - mi hijo dormía, comía y me hablaba desde su cabestrillo. Si estaba molesto el cabestrillo funcionaba muy bien. Muy pronto progresó a una mochila (no un ERGObaby) no era la gran cosa, pero funcionaba para nosotros, y estabamos felices que podía dejar la carreola (cochecito) en casa.

El desafío real de llevar al bebé a cuestas llegó con el nacimiento de mi segundo chico. 

Mi hija, Anna, pasó los primeros días en cuidados intensivos con una afección cardíaca. Ella fue diagnosticada con una discapacidad llamada Síndrome de Williams. A ella le falta una parte de uno de sus cromosomas. Es una discapacidad muy variado, con una serie de implicaciones.

Una cosa principal del hospital nos dijo antes de salir fue que los niños con esta discapacidad son pequeños muy inestables! Por supuesto que no estabamos preparados para la realidad de esta declaración!

Ana lloraba constantemente! Tenía una succión débil, un corazón débil y no aumentaba de peso. Y el cabestrillo una vez más, se volvío mi compañero - sin embargo perseguir así a un niño de dos años con el cabestrillo, sucedió que lo encontre más difícil y menos conveniente. No podría recoger los bloques de mi hijo o agacharme para jugar. Mis hombros se volvían puro dolor después de un agotador día y se evidenció la necesidad de otra solución. Así comenzó mi historia de amor ERGObaby!

Belinda y Anna

No hemos mirado hacia atrás. Anna se sentía cómodo, me sentía cómodo, y juntos trabajamos regresando a nuestra vida! El ERGO nos dio una nueva oportunidad de vida -  podía llevar a mi hijo a sus sesiones GYMbaroo y mantener a Anna segura y feliz junto a mí. Tres personas felices!

Yo podía llevarla todo el día sin consecuencias! Ella aprendió a comer, finalmente aprendió a sonreir (a pesar de todo lo que dificil que fue el inicio de su vida) Se volvió bien conocida como "la comadreja" porque siempre estaba acurrucada a salvo conmigo, con sus pequeños ojos inspeccionando el mundo.

El ERGO la mantuvo a salvo de la gente que quería tenerla y tocarla a cada momento. La estructura de apoyo mantuvo sus miembros hipermóviles en la posición correcta, la cercanía de ambas me permitiá comprobar que estaba bien en todo momento. Después de 13 meses (y 10 meses fueron de ERGOlove) el llanto constante de Anna se detuvo cuando aprendió a gatear! La vida se hizo más feliz de nuevo a los 20 meses cuando aprendió a caminar! El ERGObaby fue un gran apoyo durante el proceso.

Enlace original en Ingles: Click aquí


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